lunes, 21 de septiembre de 2015

Cabellos en la almohada...

Amor mío,
antes de comenzar pido disculpas
pues me encuentro algo oxidado
en las letras,
no por falta de inspiración sino
de tiempo.
Quiero comenzar por decirte que
te amo.
Que me encanta decirlo,
 y que anhelo gritarlo hasta
 que agote todas las fuerzas de
cada fibra en mi ser…

Ahora, continuaré no solo llamándote
“amor mío”, sino como lo que eres:
mi mejor amiga, mi compañera,
mi colega, mi cómplice;
mi niña consentida, mi insomnio,
mi capricho.  
Y no solo mía, sino en
una pertenencia reciproca. 
Decidiendo quedarnos por
mera convicción.
En fin, mi amor entero.

Quiero pedirte una cosa.
Desde lo más profundo de tus
entrañas, con un grito perenne y
casi inaudible.
Dime que me amas…
y repítelo así cada noche,
cada mañana, cada atardecer;
cada día, cada mes, cada año;
cada vida.
Hasta que se haga el hábito más hermoso
el amarnos y, que en vez de ser monótono,
encontremos una forma nueva de
extasiarnos el uno al otro.
Así, hasta que Dios sea quien dé el
susurro final. 

Para concluir, deseo comenzar
a vivir siendo uno contigo,
¡ser un equipo!
Que cuentes conmigo,
no solo hasta donde alcancen tus dedos,
sino hasta donde se extiendan tus alas.
Es decir, no como un finito,
ni como una sumatoria.
Sino como un universo que se
expande interminablemente
hasta sobrepasar cualquier
frontera,
recordando con cada uno de los  
cabellos que dejas en mi almoahada,
y cada sonrisa que se escapa
de mi rostro por tu existencia.
Que tú eres mi antes y después,
la encarnación perfecta de pasado, futuro
y presente.
Mi primer y último beso,
mi primer y última caricia,
mi primer y último te amo,
mi primer y última musa,
mi primer y último todo.

Sin ti, un Antes no sucedió, 
y un Después no puede ser posible.
Antes de ti, era otro,
y ese otro ya no existe.
Eres el amor, 
el único.
Mi amada, mi princesa, mía.
A quien he amado. Y amaré.
Como un niño en la fidelidad,
como un adolescente en el romance,  
como un adulto en el compromiso,  
como un anciano en lo maduro,
como un amante en el deseo.
Porque así lo he decidido yo.
Porque así me decido entregar a ti…




No hay comentarios:

Publicar un comentario