viernes, 25 de julio de 2014

Amante anonimo...

Prosa cantante que hace hervir la sangre,
Deseo que enciende el espíritu de los gentiles,
Alma trotamundos que danza en los sueños,
Tú, silueta virgen de la dulzura en el amor de tertulias,

Tú que te haces dueña del pecho humano,
Tú que penetras en el corazón de un caballero,
Usted que doma al necio y lo hace suyo,
Usted que consume la cordura como una enfermedad,

Eres el retrato de mis miedos enmarcados,
La nada que se plasma como todo,
El todo que consume la nada de sus afectos,
Un todo que contiene el abismo de su rechazo,

Perfecta fragancia seductora y pies polinesios,
Ojos como oceanos vivos en mansas aguas de sensualidad,
Piel de porcelana moldeada con caricias,
Perfección imperfecta que seduce inconscientemente,

La sangre que hierve por mi cuerpo desea tu esencia,
Mi corazón que late como caballo salvaje sueña contigo,
Mi mente trabaja con el insomnio creándote perfecta,
Esperando en desasosiego, antes de ser tuyo.





lunes, 21 de julio de 2014

La Noche...

Es un secreto, un misterio,
Compleja y perspicaz,
Mezcla perfecta entre ilusión y realidad,
No se muestra ante cualquiera, 

Oculta lo que nadie debe ver, 
Y lo libera en el momento exacto, 
No tiene alma, 
Pero es el alma de todo, 

Es el velo de la vida, 
Y la ventana a lo oculto, 
El misterio en lo perfecto, 
Y el miedo del susto, 

Canta muda, y camina coja, 
Llega cuando tiene que irse, 
Y se va cuando tiene que llegar, 
Es libre, pero atrapa y sucumbe en abismo, 

Escalofrío dulce de miel sin azúcar, 
Sueño de verano que llega en invierno, 
Historia de amor que causa espasmos, 
Poema en versos que ha escrito la oscuridad, 

Mátame, mátame, 
Cuerpo sin rostro, 
Rostro sin sonrisa, 
Sedúceme, somos unos mismo. 
  

domingo, 20 de julio de 2014

Frenesí amoroso. (Ensayo)

Caminando en los pasillos de aquella plaza invadida por tan ubérrima masa de personas, comencé a recodar aquellos momentos en los que el amor y los sentimientos platónicos me quitaban el sueño, aquellos instantes en los que padecía de esa enfermedad tan peligrosa, aquella que devora estómagos con mariposas mortíferas, y que baja el coeficiente intelectual de una persona hasta el punto de convertirla en un zombie que en vez de buscar cerebros, busca el corazón de aquella persona que acelera su ritmo cardiaco y le hace sudar sin si quiera caminar tres metros, y es qué bueno, tenerla tan cerca te hace sentir que has ido a la luna y has regresado solo para apreciar una vez más aquella sonrisa que al mirarla, instantáneamente te dibuja una a ti también, es demasiado complejo, por lo cual me había alejado de esos idilios y había decidido no perder más en tiempo en eso, lo único que me acongojaba era que la chica de la cual había estado perdidamente ilusionado desde hace dos años había regresado del año en que fue a estudiar a otro país, pero ¡por Dios! ¿Cómo puedo pensar en enamorarme de tan semejante mujer?, era tan linda, tan carismática, y sinceramente me tenia tan hechizado, que al rededor de esos dos años nunca había podido hablarle en persona, cada vez que estaba enfrente de ella me temblaban las piernas, mi voz desaparecía, y mi rostro se coloreaba con todas las tonalidades del arcoíris, estaba sometido a sus encantos de manera tan abrupta que era totalmente incapaz de reaccionar con mis cinco sentidos plenamente vivaces, pero como ya había dicho antes, estaba decidido a alejarme de toda situación sentimental más allá de una simple amistad, cosa extraña pues estaba en esa plaza para darle un consejo a un amigo que pasaba por problemas de amor y ese tipo de demonios. Compartíamos una tarde amena, una tarde construida por risas, bromas, y uno que otro cotilleo casual que se nos ocurría en momentos creativos, paseábamos por la parte superior de la plaza y contemplábamos la infinidad de tiendas que se extendían a lo largo del pasillo, decidimos sentarnos en una banca y él comenzó a contarme de nuevo sus experiencias, de pronto, sentí cómo un frenesí de movimientos y sonidos sacudian mi cabeza, todo pareció tornarse en cámara lenta y el aire parecía contener plomo en vez de oxigeno, era ella, estaba en el mismo lugar que yo y en el mismo tiempo, los dos, atrapados en la relatividad de cuatro dimensiones, no sabía como reaccionar, los efectos de la inercia actuaron en mi y me hicieron permanecer en un estado de shock, con dificultad, y pensando en alto, pronuncie su nombre, mi amigo me miró desconcertado, le explique quien era ella y sin dudarlo dijo, "¿Que esperas?, corre a hablarle", pero no podía, ni siquiera sabía si ella recordaba mi existencia, ¿Cómo podía cometer la insolencia de llegar así sin más?, como si la vida se tratara de cuentos de hadas y mundos con sueños e historias de amor que terminaban en finales felices, esto era la realidad, y no podía darme el lujo de semejante hazaña. Después de vagar un tiempo y toparme frente a ella en dos que tres ocasiones "accidentales", me di cuenta que no podía escapar, era ahora o nunca, era el momento que tanto había esperado y sería un cobarde de no intentarlo, respiré hondo y teniendo la mente fría y el corazón caliente decidí ir hablar con ella, mi amigo con la emoción de cualquier apasionado del sentimentalismo me apoyo en la decisión y corrió junto conmigo, después de buscarla durante horas me di por vencido, llegué a mi casa y me encerré en mi habitación, no he parado de pensar en ella y no creo hacerlo durante un buen tiempo, tan solo espero que en algún momento pueda dejar de excusarme tan cobardemente y pueda  saludarla sin temer a nada; si pudiera pedir un deseo, seria hablarle de una manera tan inesperada, en un momento tan elocuente, con una charla tan única, que haga del único recuerdo en mis noches, ese instante en que vencí mis miedos para dibujar una sonrisa en su rostro. 

jueves, 17 de julio de 2014

Recuerdos sin remitente.

El corazón acelerado avisa a la cordura,
La llegada inesperada de aquella alma inerte despierta todo,
Un escalofrío vibra en mi frente y acaricia mi espalda,
Siento conocerla tanto que ya incluso la olvide.

Dedos que cantan con dulzura y danzan polinesios,
Flores que se destilan por ser su aroma, 
Memorias que nunca tuve, sentimientos que nunca probé,
Ella es el "porqué" de las tantas intenciones, que nunca tuve. 

Sombra al alma vieja que parece renacer,
Reflejo de memorias que añoro haber tenido,
Suspiro del Miedo que tiembla por sentir su cercanía,
Corcel de tobillos frágiles que tropieza al escuchar su nombre.

Parece ser que todo este tiempo he estado muerto,
Pues hoy su silueta me revivió,  
Su rostro dibujo calma en el lienzo de mi alma,
Y al apreciar sus delicadas manos,
mi estomago fue invadido por una colonia de mariposas.

Su piel de porcelana juega con mi conciencia,
Sus cabellos jugueteando por su espalda me causan espasmos,
Morir, renacer, amarla, y repetir todo el ciclo de nuevo,
¿Acaso existe vida más perfecta que esa?.

Sus ojos, tan hipnotizantes, tan suyos, tan erísticos,
Es mis droga, mi perdición y mi consuelo,
Es mi tortura, mi pasión y mi medicina,
Es la mezcla exacta entre ilusión y realidad.

Tengo tanto pánico, me paraliza tenerle cerca,
¿Y cómo no habría de hacerlo?,
No sé que pasará cuando sepa lo que me provoca,
Morir, renacer, amarla, ya no hay más. 

Que no me conozca, es mi mejor arma,
Apreciar su silueta desde lejos, mi consuelo,
Ya no se si es posible, desearla tanto y apenas recordar su nombre,
Sufrir tanto, y no hacer nada para cambiarlo.  

Y es que tengo tanto miedo, de que sea tan solo un espejismo de mis ilusiones, tengo tanto terror al pensar en que simplemente sea una creación de mi alma desesperada, que siendo tan cobarde prefirió no conocerle, pero si crearla tan perfecta que nunca pueda verla como lo que realmente es, tiemblo tan solo de pensar en que tal vez nunca la conozca en escénica, y que lo único real fue que me enamoré de mi propia versión de ella, y tener vivir con la tortura de nunca haber sabido como es amar a aquella mujer que tanto me quito el sueño y que me hizo escribir de nuevo.          

viernes, 4 de julio de 2014

El éxtasis de la confusión...

Tengo tanto que expresar y tan solo unas cuantas palabras están a mi disposición, no he escrito nada en demasiado tiempo y ya siento que mi escénica poco a poco pierde su sentido, es como si un ave perdiera sus alas, o un león su melena, tan solo aquello que me hace ser quien soy parece esfumarse sin decir porqué. Una caria roza por mi espalda, parece ser que pequeñas cosquillas acarician mi cabeza, un zumbido alerta a mis oídos y un pequeño escalofrío infunde éxtasis en todos mis sentidos, poco a poco recobró sentido a mi existencia y sin medirme en palabras estoy dispuesto a acabar con todas las letras que tenga a mi mando, me siento como un depredador hambriento de redacciones, como una fiera sedienta de tanta tinta que me veré en la penosa necesidad sorberme hasta la última sombra de mis pecados, estaré tan manchado de historias que no me reconoceré ni en el reflejo de mis más consagrados deseos.  

No puedo más, mis dedos los siento polinesios sobre las teclas, mi mente ya no sabe que hacer con tanta euforia acumulada, es el colmo de los colmos y aún sigo pensando en sandeces; estoy perpetuamente seguro de algo, y puedo sentirlo, lo veo, sé plasmarlo, y ahora entiendo todo, bien dicen que quién busca encuentra, pero a esto no hay que buscarle tanto, se trata de la imaginación y ella es libre, es exuberante y taciturna, tiene vida por si misma y habita en quien es digno de ser habitado, trabaja sucumbiendo a los gentiles en los más altos grados de codicia, y se hace a como ella le place hacerse, a veces toma por suyo lo que nunca ha existido, y tiene por nuestro lo que quiere que se haga, si bien es un don, es el más preciado que pude haber pedido, hoy doy gracias al cielo por tan hermoso regreso, y le pido a mis miedos que no me alejen ni un segundo más de su magistral presencia, me despido y advierto a quien me conozca que por favor omita mi ausencia, pues estaré muy ocupado, recobrando la relación conmigo mismo.