acompañado con la soledad y el dulce
aroma a madera vieja, aquí, en el
escritorio que me ha visto noche tras
noche escribir hasta quedarme dormido,
muero, revivo, sueño y me pierdo entre
las letras como ave sin jaula buscando
una corriente de aire, de inspiración.
¡Y es que soy feliz!, estoy perdido pero
no quiero ser encontrado, me encanta la
idea de nunca más tener que preocuparme
por contentar a alguien o pedir perdón.
Me encanta la idea de nunca más pedir a
alguien que me acompañe, o que me deje solo.
¡Soy feliz!, porque tengo toda la compañía
que necesito, el único cuerdo y loco. Yo.
¡Y me he enamorado de mi!, he descubierto que
mis ojos son cafés porque así debieron haber
sido para ser hermosos, y que mi piel es canela
porque así es dulce y me llena a mi.
sido para ser hermosos, y que mi piel es canela
porque así es dulce y me llena a mi.
¿Qué más puede pedir un hombre además de
su vida y su muerte?, ¡Soy feliz cantándome a
mi mismo!, gozando de mi compañía y la de
tres libros más, o de una taza de café, o la de
papeles en blanco esperando a ser llenados por
mi. Me tengo a mi, a Dios, y a mi vida.
No necesito más. Soy feliz, porque yo mismo
he decidido serlo sin depender de nadie.