sábado, 17 de diciembre de 2016

En la esquina del tiempo...

Preferiría cerrar los puños 
sin necesitar mirarte 
bajo la escarcha entintada
de las 4:47,
atraparte en los párpados 
que se negarán a retenerte 
bajo su velo, 
no acostumbrarme a la 
nobleza de nuestras palmas 
mordiéndose insaciables, 
al sigilo de las palabras mordaces 
y a la cabeza del reloj burlándose 
sobre nuestras espaldas. 
Preferiría que la realidad 
no tocara la puerta en la mañana 
del domingo, 
que la carne no se eche a perder
al terminar diciembre...
no encontrarle mal augurio 
a nuestras ropas en el suelo, 
ni pretender que se me esconderá 
la cólera cuando voltees a sonreírte en 
el espejo, 
sin encontrarle recuadros al tratar de 
reconstruir los meses. 
Preferiría que a la pluma 
se le acabaran las constantes reflexiones 
sobre el dios que presume haberse
creado sin permiso, 
comerme el trigo que vayan dejando 
tus pies en el recorrido por mi apartamento, 
no cargar con interrumpir la rutina 
de tus brazos al roerme las caderas, 
ni el gusto adquirido de bajar las 
uñas hasta los tobillos que prometen 
no dejar de frecuentar mis pantorrillas.
Preferiría que al risueño aleteo de la casualidad, 
se le escaparan nuestros rostros, 
Y al deseo, 
se le olvidara como regresar 
a su patria. 



miércoles, 30 de noviembre de 2016

Sin decir más...

No espero a encontrarme frente a mí,
contando como se paralizan las inevitables
coyunturas de un hombre sedentario,
al susurrarme el silencio,
tu presencia.
No rezaré a una falsa simbiosis
entre mis párpados,
y el sutil destello de sus iris
estremeciendo al atañer las mías.
No blasfemaré con sentirme reconstruido
al mirarte caminar despreocupada,
rozando átomos estallando
entre nuestras manos de incontenible
tacto.
No abusaré de la sonrisa acompañando
cada retoño al brincotear tus mejillas,
dando excusas de sentirme inhabitado
al murmurar las cuadriculas
de un calendario vestido de inerme:
-Que me hace bien,
 saber que existes...


sábado, 22 de octubre de 2016

En el café de la esquina...

Fue en el café de la esquina;
tú te frotabas la cara y yo
el vicio de encontrarte
los labios en el rostro.
Memorizabas del menú las bebidas
para no mirarle de nuevo antes de
ordenar,
y yo miraba el invierno de la puerta
esquivando el otoño
que guardabas bajo tu falda.
Fue en el café de la esquina,
donde una vez trace cartografía
de tus palmas,
le encontramos penínsulas
a nuestras manos juntas
y el atajo a
mi apartamento.
Hoy; el rededor de un abismo.
Fue en el café de la esquina:
-Dos espresso medianos,
una charola sin propina,  
y mis pies retornando
a recoger de mi repertorio
los cabellos que me dejaste
acomodados sobre
la guitarra…



viernes, 16 de septiembre de 2016

Obertura I

Si has recordado el beso
del amado,
vete,
si es amado tuyo es mío.
Si solo ha blasfemado
el labio contra el otro que
cede hacia el momento;
entonces no besa…
clava su ajuga en la ceniza,
cocha la piel contra la carne
inerte,
se destila de la llaga el veneno
que embriaga, apasiona y
no ama.
Pero si ha engendrado,
un retoño,
que con los días brota con mi
nombre y mi voz y
se nutre de ti y del
tiempo que no arruga en la mejilla
su vástago…
Ven,
no a mi,
a nosotros.
Que uno solo se arrepiente cuando
cree que ama a destiempo,
que llegó antes,
o después,

o nunca..

viernes, 15 de julio de 2016

Mi anhelo...

Siempre he anhelado; 
un par de brazos que 
me rodearan cuando 
en un rincón 
o sobre la cama,
de mi infantil y frágil 
cuerpo de niño nacieran 
lágrimas. 
Unos labios que besaran 
las húmedas mejillas cubiertas 
por la inocente piel en mi 
rostro, 
unos hombros que soportando
las raíces del retoño que 
brotaba, 
lo encaminarán y guiarán por 
el jardín que es la vida.
Que le mostrarán cuando beber 
de la lluvia y cuando abstenerse, 
a cuidar sus pétalos y vástago 
que los sostiene, 
que su amor no se marchitase 
ni condicionará cuando 
de nutrirme fuera tiempo.
La voz de un hombre, 
al que con la mía dulce 
contestara: 
Gracias por todo, 
por no irte,
por ser mío. 
Gracias papá... 

Ya no estás...

Ay amor mío;
ya no estás. 
Bajo mi almohada 
el dolor teje tu ausencia
punzante su veneno abate 
contra mi cuello.
Ay amor mío; 
ya no estás. 
Tu fragancia, risas 
y caprichos en mi 
permanecen, 
como beso en la mejilla
que se  expande por la piel, 
como ceniza que enrojece
las pupilas,
como cigarrillo intoxicando 
mi sollozo,
en mis labios, 
cuando gritan: 
¡Ay amor mío!
Ya no estás...

jueves, 7 de julio de 2016

Dime que no, que no...

Te has tardado mujer.
Por favor.
Dime que no, que no.
Enserio lejana,
casi perenne.
Yo con las manos cansadas,
¿se han tardado mujer?
Dime que no, que no.
La mirada claustrofóbica,
el plomo como oxígeno;
casi muero mujer.
Dime que no, que no.
Un cigarrillo, dos,
y tú seguias perdida,
intoxicándome,
tres cigarrillos, diez.
Dime que no, que no.
Sí, que si cada vibrar
bajo tus tobillos,
el cielo,
el sol,
eran yo.
Dime que no, que no.
Arrancándome tu imagen,
arrancándote de mi el atisbo
en la regadera,
tú,
sí, que sí permaneces.
Que esto es casualidad,
que no hay más verdad en ti,
que no hay verdad irretornable
en nosotros.
Que sí, que sí te amo,
que sí, que sí regresarás.
Por favor amor mío,
dime que no, que no...

sábado, 2 de julio de 2016

Catarsis...

Haya o no haya inspiración.
Sin atardecer cubriéndome,
sin pétalos de plomo
en la garganta,
sin teñirse la vida bajo mis
párpados.
Blasfemando aún,
con o sin amoniacas llagas
en la lengua,
con las manos cansadas
o tiesas,
el pulso quebrado o in avanti.
Huyendo de amores,
cargando indulgencias en el
bolsillo.
Fumando lento,
bebiendo raído,
escribiendo maldiciones,
¡carajo aquí me tienes!
Besándome con tus helados
labios,
tú amándome, amándome amándote.
Siendo endospora en la
fiebre,
cáncer en metástasis.
Envenenando,
enfermando,
pero sobre todo
vivo.
¡Vivo chingada madre!

domingo, 26 de junio de 2016

¿Qué más hay en ti mujer?

Si sonríes,
si caminas.
¿Qué más hay en ti mujer?
He extrañado sentir virgen mi pulso
al escribirte,
he mirado la ceniza de los días
formar finos espectros tuyos.
¿Qué más hay en ti mujer?
Si entre la gente
dispersas mis pupilas te buscan.
¿Qué más hay en ti mujer?
Que si la tierra gira lenta
a nuestras vidas,
o rápido.
Que si el universo conspira,
o si la noche se fragmenta
en dudas.
¿Qué más hay en ti mujer?
Si ya te quiero,
si ya tiento a quebrar mi voz
queriéndote.
¡Qué más hay en ti mujer!
No me culpes,
no me cuestiones.
No te culpes,
ni te cuestiones
si la casualidad formó cada
movimiento de tu rostro
a como anhelo besar
cada movimiento de
tus párpados, mejillas,
labios...
No abatas,
no cuestiones.
No me abatas,
ni me cuestiones al no ceder
este capricho mío que eres tú.
Tan viva,
tan no capricho.
¿Qué más hay en ti mujer?

sábado, 25 de junio de 2016

Hay vida...

Ha sido de lo mejor estos días.
(me ha ido de la chingada)
He bebido hasta sentir una
patada en el hígado,
he fumado cientos de cigarrillos
y estos pulmones aún dan,
mierda no les faltan tornillos
ni se sofocan al maldecir.
Me paseo por parques,
sin llorar,
y hasta miré una película en
el cine,
¡y qué alivio pagar una sola
entrada!,
pedir palomitas medianas en
vez de grandes
y después,
beber un café sin
hacer preguntas como:
¿Qué te gusta hacer?,
¿qué opinas del sexo?
o ¿qué esperas de la vida?,
mierda nunca me ha importado
que esperan los demás de la vida,
hay parques,
cine,
cigarrillos,
alcohol;
no todo es querer echar un polvo
con alguien...
Yo quiero a alguien
para echar un polvo,
para blasfemar
o enojarse.
Que no le moleste pagar de vez
en cuando la cuenta
y que no se haga la interesante
cada que hablo de alguna
pendejada política.
Sentirme infinito,
con o
sin ella,
porqué carajo
ya estamos aquí.
Yo quiero estarlo.
Puta madre,
¡aún quiero estar aquí!

martes, 10 de mayo de 2016

Madre...

No tomaré partido de lo que se
celebra hoy. 
Es un día más.  
No hablaré de los reproches que 
ambos tenemos de cada uno, 
(somos tan iguales), 
ni haré mención de tu frustración 
por desaparecer las arrugas en tu rostro, 
(si se notan, pero no las odies, 
te sientan bien),
y mucho menos escribiré de lo mucho 
que me frustra tu obsesión por 
el ejercicio, 
(pero agradezco que te cuides).
Hoy, siendo un día más de la existencia
te doy gracias. 
No hace falta decir de qué. 
Pues no tienes que hacer más, ni hacer 
menos para sentirte amada.
(eres fuerte, eres especial, ya lo eres todo
y lo eras todo antes de mi) 
Te amo madre, 
como te he amado y te amaré cada día
que has sido y seguirás siendo la primera
mujer en vida... 

Tallos...

Ella se levanta a las cinco en punto
cada madrugada,
prepara el fruto de sus malhumores
para partir a enfrentar el mundo,
se toca la cara,
y se pone llorar.
En su hogar, cada tarde elabora con
delicadeza los reproches faltos de sal
a la hora de la comida,
lo gritos orquestados por el reloj
cuando decide apagarle el televisor
a todos,
el dolor, al mirarse en el espejo y no
tener la capacidad de contener más
sonrisas que arrugas en el rostro.
Ella hoy esta sola,
esperando a que se marchiten los bulbos
que adornarán sus nupcias definitivas,
mirando su vida a través de los halagos
que no escuchó el día que recibió la
primera bofetada de la bestia a la que amo.
Hoy sus frutos tienen raíces
y en ella se decoloran los recuerdos.
-La mujer que debió recibir más rosas
qué tu amor eterno en la preparatoria,
hoy necesita un epitafio...                                  

lunes, 9 de mayo de 2016

La abuela Berta...

Es el tercer año que paso
sin ti.
El primero te lloré;
no conocía el alcohol.
El segundo te prometí con
toda mi fe depositada en una botella
de whisky: no pecar más.
Después hice el amor.
Hoy estoy frente a mi escritorio,
escribiendo entre aroma a tabaco,
a café, a tinta, a papel; a no perdonarme
no haberte escrito antes.
Y es que se me quebró el pulso al
saber que nunca más llegaría a tu habitación,
y tú erguirías frágil tu cuerpo
solo para besarme las mejillas:
-No pasa nada mi muchachito.
Pasa que se acabó el whisky,
pasa que debo dejar el cigarrillo,
pasa que no podrás mentirme más
pues ya no te tengo...
Tal vez el cuarto año vuelva a creer en Dios
sólo para reprocharle,
(sintiéndome el
diminuto ser que cargaste antes de cargar
contigo misma):
-¡Egoísta!, me diste dos madres.
Pero ya me quitaste una...

sábado, 26 de marzo de 2016

Me gustas...

En fin me gustas.
Me gustas con los rizos
quebrando por tu espalda,
me gustas con tus ojos
mirándome más de lo debido
e incluso me gustas
sentada frente a mi
sin tomar apuntes de la clase.
Me gustas mordiéndote
las uñas,
me gustas sin tener que guiñar
el ojo para gustarme.
Me gustas con tus manos
dispersas por la vida,
y me gusta tu sutil forma
de no tomar ni en chiste
mis cumplidos.
Me gustas más cuando te
pienso,
y aún más me gusta pensarte.
En fin...
Me gustas;
has tu a saber cuando.
No podré escapar esta vez,
ni se fragmentará en mis sábanas
la angústia ni el insomnio.
No sentiré culpa,
y mucho menos se sofocarán
mis pulmones al cerrar los
párpados.
Dios no me castigará;
el karma hará efecto.
No habrá vino que someta
a juicio mis acciones,
ni lamentos que fatiguen
mi cigarrillo.
No habrá besos de despedida,
y mucho menos miradas
que se entreguen ocasionalmente
al morbo.
Hoy no habrá miedo.
Y mucho menos,
voces que me impidan vivir.

miércoles, 9 de marzo de 2016

Lindo dia...

Hoy desperté con el frío
hurtando la comodidad
de las sábanas.
Desperté olvidando la
alegría de tener trabajo
y con la ligera sensación
de costumbre escurriendo
en la regadera.
Fumé mis cigarrillos con
ansiedad entre los dedos,
bebí mi cafe con los labios
disueltos en cansancio,
y blasfemé;
pedí que la lluvia cesara en
vez de agradecer por no tener
que regar las plantas esa tarde.
Solo aquellos ojos pardos,
grandes, marrones,
de esos que acostumbran consumir
el mundo esfumaron la monótona
rutina de maldecir el día.
Al final de todo; fue bueno.
"Que tengas lindo día..."
me dije a mi mismo.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Tan difícil...

Escucho el mar
escucho tu voz.
Sé, en lo más profundo de
tu pecho
latente permanece mi sobra,
el fino cristal que frágil
estalla,
la perenne esperanza que
somera me ata a ti.
Sentado,
con un tabaco entre labios
taciturno brama tu recuerdo.
Y ni el mar,
ni la razón que atisba en mis
entrañas logran destilare de mi.
                      *
Agua y aceite no se juntan,
uno no cede,
el otro no perdona,
ambos zahieren suplicando
patéticos
la falaz ilusión de un día,
uno ceda,
el otro perdone,
y Dios los una.
                     *
El aroma de los parques
me da nauseas,
el roce del sol; escalofríos.
tiemblan mis rodillas
pugna tu ausencia.
                    *
Se me pide morir,
yo ruego en tu pecho,
en mi patria tus pupilas
en mi tierra tu piel.
Se me pide vivir,
suplico en mi hogar tus brazos,
en mi lecho tus labios.
Se me pregunta
¿qué quiero?
Amarte;
como ayer,
como hoy,
como en el previo beso
antes de mandarnos a la chingada.

¿Tan difícil es soltarte
condenada?


viernes, 19 de febrero de 2016

Dios; dios.

Presencio con limitados ojos
sobre las nubes el mundo,
mirando cual mira Dios.
Inmenso mar;
inmenso Dios.
Despliego de mi cuerpo las manos
para tocar el cielo,
la inmensidad;
al hombre de piel morena que descansa
dentro de mi pecho.
Morenas carnes, morenos ojos,
moreno Dios.
Moreno el mundo bajo sus pies,
donde sus manos acarician la tierra,
donde sus senos visten de verde la
existencia,
donde su espalda quebranta el
eje donde desaparecen las fronteras.
El mundo.
Donde sus oídos escuchan mi llanto.
Sin pretexto.
Sin idioma.
Miro a Dios;
miro al mundo...

martes, 19 de enero de 2016

Apócrifa...

Brotas de mis dedos como tinta
que por si misma se hace poesía.
Y no, aún no comprendo como
después de tantas noches en las
que mi mente permaneció inmóvil,
llegas tú,
como musa,
como agua que refresca esta sed
por escribir,
por escribirte a ti,
que aún sin darme cuenta,
desde hace tres versos
ya te amaba...

lunes, 18 de enero de 2016

A través de ti...

Mi corazón es ajeno al escribirte.
Las manos se me despliegan del
cuerpo como alas con la capacidad
de amarte,
y mi mente,
mi mente ha desarrollado ya la
habilidad de contenerte mas allá
del recuerdo.
No me quedó más remedio.
Me vi reflejado en tus pupilas;
y te ame.
Vi en tus ojos el mundo.
Y supe que no quería mirarlo más
si no era a través de ti...