lunes, 18 de mayo de 2015

Feliz...

Déjenme así,
simple,
sin dolor ni tristezas,
junto a la noche entintada que se
alza sobre mi y llena de paz
mis rincones.
¿Qué que ha sucedido?,
nada...
no me he ganado algo,
ni tragedia me ha embargado
en pena,
sucede, que estoy feliz...
con la luna, con la noche,
sin otra musa más que la
misma vida,
sintiéndome infinito y más
incontenible que las estrellas
en el nítido cielo nocturno.
¿Qué más da si el llanto
llega mañana?
O si el futuro me depara más
tragedia;
por hoy, simplemente déjenme
así, libre.
Con la noche, con las estrellas,
con la luna, son su recuerdo...
Feliz.  

miércoles, 13 de mayo de 2015

¿Y ahora?...

Me hice beso,
para adornar tus labios.
Me hice llanto,
para acompañar tu melancolía.
Me hice invierno,
para ocultar tu tristeza...
Por ti fui aire, canto y vida.
Fui víctima de una metamorfosis
cíclica, solo para complacer
tus caprichos...
Me hice razón,
cuando fue necesario aclarar tus
dudas.
Y me hice papel,
cuando fue inapelable enjugar
tus tintas...
Hoy soy recuerdo, soy pasado;
un beso, una lágrima,
una caricia, un adiós...
Tan solo un estúpido parado
frente a ti sin poder
ser reflejo para iluminar tus
pupilas,
ni piel para encender el rojo en
tus mejillas...
Soy eso, que simplemente,
no volverá a ser...

miércoles, 6 de mayo de 2015

Falaz...

Fuiste una eternidad pasajera,
un suspiro del infinito,
un beso y una despedida.
Fuiste tan fugaz como perpetua,
un continuo ciclo de maldiciones
e ilusiones imperecederas.
Una mirada perene,
un parpadeo efímero,
una risa de Dios...
Fuiste el Amor de mi Vida más
breve que jamás tuve,
el engaño más lindo que un
hombre podría anhelar,
el canto que me enredó la lengua,
el grito que se atascó en mi garganta...
el beso eterno, que me secó
los labios...  
Fuiste; mi amor falaz...

 

lunes, 4 de mayo de 2015

Papá...

¡Cuan bello eres!
tal vez muchos hayan escrito
o recitado estas palabras en
tu honor; pero yo aún no logro
palpar su magnificencia.
¡Cuan bello eres!
Aquel que abre las ventanas
de los cielos y cuida a las
avecillas en su vuelo.
Aquel que arropa a las criaturas
del océano en su paz y las besa
con su lengua humedad.
¡Cuan bello eres!
Aquel que pasa su eternidad
regalando sueños a los hombres,
acariciando como a un arpa las
copas de los arboles y que haciendo
sonreír con cosquillas a los volcanes,
los hace explotar de euforia.
Cuan bello eres...
Aquel que siendo hijo es padre,
aquel que siendo amigo es creador,
aquel que siendo perfecto, omite mis
errores y me da su amor...
¡Eres bello!, papá...

Dedicado a mi Dios.

viernes, 1 de mayo de 2015

La quinta despedida...

¿Cuántas veces se debe despedir
a una persona para dejar de extrañarle?, 
o por lo menos para dejar de extrañar
el trozo de alma que te arranca y se lleva 
consigo. 
Yo voy por la cuarta despedida y sigo 
mirándote hermética y serena; insondable... 
la primera fue con la mirada, despidiendo 
cada destello que se escapaba al encontrarse 
nuestras pupilas, 
la segunda fue con la memoria, enumerando 
cada sonrisa y lágrima que brotaron de mi 
casi tan natural como se me daba el quererte, 
la tercera fue con la boca, casi tan silencioso
como el viento fue el suspiro que emanó de 
mis labios al decirte adiós; contigo perdí mis 
palabras al amar, y lo mismo ha sucedido al despedirte,
basta con que se escape el aire de mis pulmones
y la fuerza de mi alma para hacerte saber que 
ya tengo más que por asumida tu partida. 
La cuarta son estos versos, que por más
ridículos que sean, son inminentemente necesarios, 
tal vez no para ti, pero si para mi. 
Me despido de ti por quinta ocasión, ya sin 
necesidad de usar los sentidos, la voz o las manos, 
simplemente con la voluntad de soltarte
y darte la libertad que tanto anhelaste; 
te dejo frente a la noche virgen que borbotea 
lentamente la vida que le hace falta a tu corazón, 
te dejo sola y con un nudo en el corazón para 
que logres encontrarte a ti misma. 
Te dejo, no totalmente abandonada,
solo a unas cinco despedidas, 
pues aquí entre nos, si fueran seis;
la sexta, sería la promesa de que nunca
dejarte partir... 

Sin título que valga la pena...

¿Que más he de hacer?
¿A dónde he de ir ahora?
Ya no existe una banca,
o una canción,
incluso las promesas
se han esfumado...
ya hay más recuerdos
para contar.
Las caricias que existieron;
rastros de que algún día te tuve,
hoy me queman la piel.
Los besos que nacieron
de un amor, aquellos que me
devolvían a la vida;
hoy destilan mi alma en
gotas de sufrimiento.
Duele tanto, mirar tu reflejo
en mis pupilas,
sentir arder tu aliento cada
que toco mis mejillas,
Duele tanto, mirar hacia
el pasado y apreciar como
se desvanece, como se quiebra
cual frágil cristal; como todo
lo niegas y tan cínica lo olvidas.
Mis pesadillas tenían razón,
el amor tan solo es una fantasía
estúpida, que se juega teniendo
los ojos vendados...