Intriga...

Cielo mío,
Entre sus pupilas, espectro fino
es el reflejo de su ausencia,
aquel pésame que la embarga.  
Amada mía,
Entre su ceñir miro la inexorable
sonrisa que atisbando escapa para
camuflar su angustia.
Ahora dígame, alma mía, amore mío,
¿Cuán difícil es expresar su cariño
hacía mi?
¿Realmente le es tan lóbrego imperar
sobre el pasado y olvidarlo?;
Yo por usted lo he dado todo,
mi canto alza ensimismado el amor
que empero me zahiere del corazón
y sin vergüenza anuncia que usted
es la dueña de ese híbrido entre
sentimiento y decisión,
o al menos eso intenta.
No obstante, si mis cariños son cadenas
de rechazo y remordimiento,
o si de temor sufre su alma por
el deseo de que alguien, algún otro,
no se entere del amor, (si es que siente amor),
que por mi con afabilidad usted siente,
entonces explíqueme de una vez por todas
si para usted esto es un secreto,
y así yo podré guardarlo como tal,
pero no me deje con la intriga,
que de angustia mi alma muere,
y la angustia bien ha de saber,
lleva por causa por su amor...      

¡Faltan locos!

¿De aquí a dónde se pierde la razón?;
Y es que ahora todo es tan monótono.
Siempre he creído que las personas más
interesantes son las que han perdido por
totalidad la cordura.
Aquellas que en sus pupilas se dilata el cinismo,
aquellas a las que la histeria les corre
en cada fibra del cuerpo,
Esas pocas que no tienen, y nunca tendrán
miedo.
¡Faltan locos!
Aquellos que de sus bocas se derraman las
tan verdaderas falacias que otros se
atreven a callar,
Esos, tan contables desquiciados que en
secreto son llamados génios.
¡Faltan locos!
Que se atrevan a saltar del confort y luchen
por un sueño inalcanzable,
¡Faltan locos!
Que encuentren en lo que muchos tantos llaman
"basura", aquel recuerdo que haga viva la mente de
los hombres y les explique el sentido de existir.
¡Faltan tantos, pero tantos locos!
Yo solo me pregunto;
Con tantos falsos "maniáticos",
¿En dónde se refugiarán?,
¿Cuándo regresarán?,
¿Qué les pasará?, a aquellos;
los verdaderos Dementes....

Un león de verdad....

Paseaba una cebra en los parajes de aquella lúgubre sabana, sin preocupaciones, lentamente pastaba lejos de su manada, y se limitaba a disfrutar del atardecer anaranjado que se levantaba sobre ella; de pronto, al darse cuenta de que un león se acercaba esta intentó huir al instante, no obstante, algo extraño sucedía, el león no la tenía en asecho ni mostraba gesto de querer hacerlo, tan solo se limitó a mirarla y posteriormente comenzó a pastar junto a ella; totalmente intrigada, la cebra no solo permaneció asombrada al mirar pastar un león, esta se percató, de que el león no tenía melena.  

Lentamente, la cebra se acercó y dijo, -Señor León, ¿Por qué esta usted pastando junto a mi en vez de casarme?, ¿Acaso no soy una presa fácil estando tan lejos de mi manada?, a lo que el león contestó, 

-Ni tengo ganas, ni soy león, o por lo menos ya no más, unos hombres me atraparon hace poco, logré escapar, pero sin poder hacer nada me cortaron la melena, y sin ella. ya no puedo ser más un león; la cebra lo miró, y después de meditar un poco, dijo, -No sea usted tan tonto señor León, ¿Dejaría yo de ser una cebra y podría convertirme en un león, si mis rayas desaparecieran?, el león soltó una pequeña risa sarcástica y contestó, -No, pues usted, señora Cebra, tiene muchas más cualidades que la hacen ser eso, una cebra, y le faltan muchas más para poder ser un león; la cebra, emocionada contestó -¿Y  acaso no es lo mismo contigo?, tú no dejas de ser un león solo porque hayas perdido tu melena, tienes muchas más virtudes que te hacen ser un imponente y feroz león; el león, eufórico embozó una sonrisa de oreja a oreja y gritó -¡Tienes razón!, soy todo un león, nunca dejé de serlo.

Entonces, de un zarpazo, el león saltó sobre la cebra, y tras soltar desde el vientre un mortífero gruñido a la par de devorar hasta la medula la hirsuta piel de la cebra, fue nuevamente, sin más ni menos, un león de verdad.             

Crónica de un doble secuestro...

Nunca sabes cuando estarás expuesto al peligro, y es que ahora el ser humano es tan malvado que ya ni en la comodidad del hogar se esta a salvo. Muchas veces había visto secuestros grabados en televisión o en películas, actuados para parecerse lo más cercano a la realidad, pero no hay comparación, no es hasta que vives uno de cerca cuando realmente valoras el hecho de estar arropado en cama durmiendo plácidamente. 

La noche de ayer unos gritos de auxilio me despertaron, al lado de mi casa un pobre hombre suplicaba por ayuda, "Me están secuestrando, auxilio, por favor", la impotencia de no poder hacer nada se apoderó de mi cuerpo, cuando logré salir del shock, llamé a la policía, pero negligente, estúpida e inhumana no llego si no hasta el día siguiente... 

Duele, el trauma esta presente en cada uno de mis pasos, ya no me siento confiado de dormir en mi propia cama, de salir de mi casa e ir a comprar a la tienda de la esquina, siquiera de regresar plácidamente de la escuela; amigos, se los suplico, valoren las pequeñas cosas, algo como la confianza de sentarse y simplemente disfrutar de estar vivo, sin miedo a nada, es un placer que hasta poco yo no valoraba.    

¿Qué sigue?, quedarse estancado en el miedo no es una opción para mi, si Dios conmigo, ¿Quién contra mi?, ahora más que nunca me doy cuenta del poder de un Salmo 4:8, o un Salmo 23... ahora es cuando aprecio de una forma inexplicable el tener a Dios en mi vida, el saber que su mano me cubre cada día, ¡Y es que no hay otra forma de estar confiado!, el hombre es perverso, busca acrecentar su placidez mundana sin trabajar, sin esforzarse y quitando lo que no le pertenece a quienes han luchado por tenerlo, ¿Qué queda ahora que nadie esta seguro?... ¡Creer en Dios!, alabado sea su nombre y su misericordia, yo solo doy mis suplicas al cielo por esa persona que ahora esta en las garras de grotescas bestias, y doy gracias a Dios porque aunque tenga un trauma que me atormenta día y noche, ahora valoro más, mucho mas su protección. Se que mi principal preocupación debería ser ese hombre, pero es que cada que el recuerdo me llega a la mente solo logro imaginarme ahí, siendo yo el secuestrado, y así lo ha hecho Satanás, ha querido secuestrar mi mente, me ha querido hacer esclavo del miedo, ¡Pues ha fallado!, no tengo miedo, mi padre me ha dado paz. Aunque fuese yo el que este en lugar de ese hombre, por mas que les duela, por mas que te duela Satanás, el único que tiene mi destino en sus manos es mi Dios, mi padre, no unos simples hombres, no un simple miedo...   

¡Gloria a Dios, y paz en nuestros corazones!