La apariencia...

La vida es un hilo de humo pendiendo
en la eternidad compuesta por segundos.
No existe un ahora ni un después.
Las huellas macabras del tiempo son
simples trozos de un estereotipo marcado
por hombres:
Etiquetas, títulos, teorías, ideas...  
Entre mil verdades y siete certezas existe
la división milimétrica y anfibológica de
lo irreparable, ¿Entré cuantas más si el siete
es el número divino?,
"la mentira", copia de los
sentidos y prisión de la mente.
Cáncer que propaga su metástasis a través
de la mayor enfermedad. El miedo.
Algo que simplemente no existe...
Es el reflejo desnudo del alma empañando
con su aliento la visión irreparable del olvido.
Es el deseo de no poder desear nada en la
estúpida y exasperante calma de miseria y porquería
que imparten los institutos hoy en día.
A lo que todos llaman educación, yo llamo sistema.
A lo que todos llaman disciplina, yo llamo sometimiento.
La única forma de ser libres es conocer la verdad,
siendo como única escapatoria el conocer la razón
del ser en cuanto a su existencia y propósito.
Porque sin ello, seguimos siendo más que menos,
una idea, una simple apariencia...

¿Qué somos?...

Las etiquetas sobran cuando
de querer se habla.
Los nombres, apellidos, o las
mil y tantas formas que los
hombres han encontrado para
bautizar al cariño entre dos
personas son prácticamente
tan solo eso. Una etiqueta,
un titulo, una cortesía, la sutil
satisfacción de cubrir la brutal
necesidad por empaquetar todo
y venderlo como estereotipo.
Entonces, naciendo desde lo
más profundo de mi alma
contestaré la interrogante.
"¿Qué somos?,
Para nada un pasatiempo,
Un cotilleo, no, ni si quiera
le llega, tal vez un capricho,
podría ser incluso un sentimiento.
Pero para nada un noviazgo,
tampoco un idilio.
Es más el pacto contraproducente
pendiendo de un único hilo,
"el de querer a la otra persona",
Un sentir bilateral que nos une.
Definitivamente más que una amistad.
Pero para nada algo más que una
relación.
Somos "eso", aquello que ambos
queremos ser, una aventura compartida.
Somos "eso", que nadie más comprende...

Rima I

En los labios del Sol corre la amargura,
En las mejillas sonrojadas de la Luna
fallece lentamente el amor que entre
estrellas se juro, en el calor de verano.

Enjugándose las lagrimas me miró,
Buscando esconderse detrás de su
mascara de rizos castaños, cada uno
burlándose de mi la cubrían como velo.

El puñal fue inevitable, penetró desde el
yugo hasta el corazón de mi alma,
Terminó con cada gota de dulzura y fe
que me quedaba dentro. Murió la ilusión.

Y entre lagrimas y llanto mi corazón
ahora descansa sin más; tratando de
olvidar aunque ha prometido recordar,
Perdiéndose, en el dolor del rechazo.    

Que fácil...

Que fácil es querer mientras a uno se le ama.
Que fácil.
Que fácil es olvidar cuando nunca se sintió nada.
Que fácil.
Que fácil es atar al tiempo el sentimiento que nunca se dio.
Y que fácil es dejar a un lado los momentos y emociones
cuando el amor nunca fue sincero.
Que fácil fue para ti olvidarme amada mía.
Lo realmente difícil es arrancarte de mi alma,
arrancarme el unico beso de los labios, arrancarme el
dulce aroma de tu piel embriagándome al calor de tu aliento.
Arrancarte de mis sueños, de mi cama, de mi mente, de mi memoria.
Tan difícil es para mi y tan fácil es para ti, porque tú tan solo te molestaste
en quererme.
Cuando yo te amaba.        

Ya no quiero más dolor...

Las espinas de la espera 

recorren mi cuerpo, 

son dardos penetrando 

cada rincon de mi piel, 

Agujas esquizofrénicas  

que anuncian el vaivén 

de mis sueños, el choque 

y muerte de mi alma. Tú. 

Tengo miedo, ahora soy 

yo el que tiene miedo, 

Ahora soy yo el que no 

sabe que hacer,

El dolor me ataca por 

la espalda entrando por

los recuerdos, impulsivos, 

malitos. Y ya no quiero sufrir.  

Prometí acompañarte, 

ayudarte a creer otra vez, 

Pero yo ya no quiero creer, 

ya no quiero ilusionarme, 

No quiero enamorarme, 

No quiero entregarme,

Quiero olvidar, quiero rendirme, 

Siento voy a morir...

Siento que ya no quiero más dolor...     

Perdóname poesía...

Perdona si te he olvidado escritorio mío,
Perdona si no he reposado sobre ti,
para ti y contigo silla mia, solariega.
Lamento tanto haber atado mis manos.

Recuerdo cuando podia dedicar mis tardes
enteras a ustedes, escribiendo incansable
hasta que el grito de la noche tocaba mis
manos y las sedaba, las dormía.

Pero ya no, ya ni siquiera me vuelvo para
mirar mis viejas libretas, ya ni siquiera
pasa por mi mente sentarme y tomar mis
viejas plumas, ¿A dónde te has ido vida?

Todo por culpa del miedo, miedo a fascinarme
tanto por ti que nunca quiera dejarte, y no quiero,
pero la vida me demanda un sustento y lentamente
mis alas e ilusiones mueren, desaparecen. Te necesito.  

Tú eres mi anestesia, mi medicina, ya ni la vida
me sabe, ¡Maldita, jodida vida!, ya no tengo
miedo de escribir con groserías, tengo miedo
a dejar de escribir.

Me da miedo no estar sentenciado a la eternidad
y ser un suspiro más en el olvido de un escritorio
viejo, de un librero empolvado; por eso me voy,
por cobarde, por miedoso, por desgraciado...

Perdóname vida si no vuelvo a escribir otra vez...

Bella eres...

Bella eres amada mía, bella es
tu figura y bellos son tus
atributos, tus virtudes, tus
pasiones y tus caprichos.

Hermoso son tus valles blancos,
jóvenes, tiernos, agresivos,
valles dulces de cuerpo de mujer,
de piel durazno.

Petalo tierno, beso dulce,
madrugada fría; son tus labios,
pequeños, inocentes, borboteando
éxtasis y dulzura,

aquellos que me toman,
me arrancan la vida,
aquellos por los cuales
muero y resucito,

resucito y viajo a traves del
rio castaño que se entreteje
desde tu cabeza hasta tus
caderas, abrazando y besando

suavemente tu espalda.
Un velo dorado cubre de delicadeza
y feminidad tu rostro plasmándose
en tus huesos frágiles,  

en el destello de tu mirada,
en tu amor por la vida,
en tu pasión por amar y
ser amada...

Bella eres, desde tu
interior hasta tus faldas,
alma, cuerpo, mente,
escénica, reflejo.

Bella eres, más que el aurora,
que el cielo, el mar, el pasto,
la lluvia, las praderas, los
atardeceres, las estrellas, la lluvia.

Bella eres, la más bella del mundo,
una caricia entre mis suspiros.
Bella eres, y bello es tu amor...

La única.

En sus labios tenia bordados el miedo y el dolor, 

Y en sus ojos el reflejo de mi amor. 

En sus pies atados tenía mi voz y mis palabras, 

Y en sus manos, mi corazón borboteaba en ilusión. 

A leguas contemplé que ya no podía más, 

A millares de suspiros me di cuenta de que 

mi alma estaba a punto de estallar hasta morir. 

Y es que dentro de mi yo siento que miento. 

Miento al decir que te quiero hasta ya no poder más. 

Miento al decir que mis noches se alegran al pensarte. 

Miento al decir que no quiero perderte nunca. 

Miento al decir que eres la primera de quien me enamoro. 

Miento, porque no te quiero, ya no te quiero, te amo. 

Miento, porque no me alegro, muero, resucito, brinco, 

salto, callo, sueño, vivo. Tú alegras mi existencia entera. 

Miento, porque no eres la primera de quien me enamoro, 

Eres la única.  

Por mi vida yo prometo...

Por mi vida yo prometo
hacerte reír todos los días y
sonrojare espontaneamente
al llenarte de atenciones.

Por mi vida yo prometo estar
contigo siempre, no solo en las
buenas y en las malas; en la alegría
y en el enojo.

Por mi vida yo prometo dejar
a un lado los celos, olvidarme
del orgullo y tragarme el dolor
pasado por completo.

Por mi vida yo prometo,
con Dios como testigo,
amarte libremente y nunca
atarte a nada,

si te marchas regresa cuando
quieras, o no regreses si así
te place, si me odias, ódiame
a flor de piel, hasta el hartazgo,

no te molestes si quiera en
pedirme una disculpa o en
avisarme cuando te marches,
cuando cierres la puerta,

pero tan solo recuerda que
siempre estaré para ti.
Por mi vida yo prometo
enseñarte a creer otra vez,

y así seré feliz, incluso si no soy
yo aquel con quien compartas
esa libertad.

Por mi vida yo prometo, amarte
hasta que Dios me preste vida,
o hasta que tu lo decidas, si así
es tu voluntad.

Por ti...

Quiero morir, ahogarme, olvidar.
Quiero perder el juicio y no recordar nada,
caer en una amnesia provocada por la fuerza
de un frenesí exhorbitante, olvidarme de mi
propia existencia, ahorcarme hasta dejar de respirar
mi dolor, ya no quiero nada, ni a nadie, mucho
menos tu amor, ni tus caricias, deseo olvidarme
del unico beso que pude entregarte, me aferraré
a el como recuerdo de porque te detesto tanto.
Ya estoy cansado de soportar mis propios celos,
de ver como afirmas tu amor hacia mi mientras
a mil leguas se nota como lo amas a él, a ellos, a todos
menos a mi, ¿Esperas que me conforme con las migajas?,
¿Esperas que me siente paciente hasta obtener el trozo,
el mordisco, la caricia, el pedazo que me toca de tus
insignificantes atenciones?, ¡Ya estoy harto!
Perdóname si me refiero a ti como la más hermosa,
pues lo eres...
Perdóname si aún me expreso de ti como mi único amor,
pues eso aún no ha cambiado...
Pero mi paciencia ha sido más corta que mi dolor, me he
quedado corto amándote, y siento que voy a morir.
Dime si me amas o lárgate, ya no importa que contestes,
sigo muerto de amor, de ira, de dolor, de todo.
Por ti..

Te odio...

Odio tu forma de caminar, 

Odio la forma en que miras, 

Odio tu sonrisa y odio tanto 

tu forma de sonrojarte, 

Odio tu piel, tu aroma, tu voz, 

Odio tanto el haberte conocido, 

Odio aquel momento en que abrí 

mi corazón, en que te lo entregué, 

Odio los celos que constantemente

callo y que nunca te menciono, 

Odio mi incapacidad para odiarte, 

Odio que no pueda, no deba, no 

sienta la más mínima necesidad de 

alejarte de mi, a no tener miedo,

Odio tanto el querer odiarte y no 

poder, el quererte y morir. 

Odio tanto, tanto, tanto, tanto... 

Amarte de esta forma y no poder más... 

Te amo... 

¿A qué juegas?...

Si a tu alma mi amor inmola,
Si a tu sueño mi estancia perturba,
O si de mi cariño víctima es
de rechazo tu aprecio y amor.

No hables y calla muda,
No me mires y voltea ciega,
Pero no me prometas con ilusión
el amor que no planeas entregarme,

No ates enamorado este corazón
al bergantín en alta mar de tu cariño.
Liberate y libérame de este enredo
de infantes. El juego acabó.

Solo nosotros... (Soneto)

Buscando estuve entre tantos poemas,
uno que te describiera perfecta.
Uno, que de la manera correcta
narrara mi adicción a las gemas

en tus ojos, mi anhelo por besar
los rubies en tus labios y soñar
cada noche tus manos, acuñar
tu nombre en mi pecho al rosar

lentamente, casi al aire tu piel
tan fresca, blanca como un armiño,
tan dulce y con aroma a miel.

Pero no existe poema, ni autor
que describa como yo tu belleza.
Porque no hay nadie, que comprenda este amor.  

Hablando conmigo...

Hoy, en el alma de mi silla blasonada,

acompañado con la soledad y el dulce 

aroma a madera vieja, aquí, en el 

escritorio que me ha visto noche tras

noche escribir hasta quedarme dormido, 

muero, revivo, sueño y me pierdo entre

las letras como ave sin jaula buscando 

una corriente de aire, de inspiración. 

¡Y es que soy feliz!, estoy perdido pero 

no quiero ser encontrado, me encanta la 

idea de nunca más tener que preocuparme

por contentar a alguien o pedir perdón.

Me encanta la idea de nunca más pedir a 

alguien que me acompañe, o que me deje solo. 

¡Soy feliz!, porque tengo toda la compañía 

que necesito, el único cuerdo y loco. Yo.  

¡Y me he enamorado de mi!, he descubierto que 

mis ojos son cafés porque así debieron haber
sido para ser hermosos, y que mi piel es canela
porque así es dulce y me llena a mi. 

¿Qué más puede pedir un hombre además de 

su vida y su muerte?, ¡Soy feliz cantándome a 

mi mismo!, gozando de mi compañía y la de 

tres libros más, o de una taza de café, o la de 

papeles en blanco esperando a ser llenados por 

mi. Me tengo a mi, a Dios, y a mi vida.

No necesito más. Soy feliz, porque yo mismo 

he decidido serlo sin depender de nadie.   

¿A dónde?...

Ensucia su manto, rosa y blanco,
Con polvo, polvo que al viento
deja encharcadas las lagrimas
enjugando el riso de armiño y oro.

Ensucia su manto, rosa y blanco,
Perdiendo la cordura de la mente,
absorbiendo la vida en hilo y tejiendo
el alma en telarañas de cristal.

Ensucia su manto, el de mi pecho,
el de sus colinas blancas y valles
de durazno, entre sus manantiales
de cuerpo de mujer borboteando nada.

¿A dónde correrá el amor que en esmero
busca olvidar a su amada, musa, mentira?
¿A dónde buscará asilo el desterrado que
busca no ser recordado?

¿A dónde huiré yo, si su amor más que
consuelo me causa insomnio, muerte,
celos, tristeza?
¿A dónde, si se ha llevado mi vida?              

Tengo miedo...

Tengo miedo,
No de ti, no de mi.
Tengo miedo de culpar al tiempo,
De culpar a la distancia,
¡Tengo miedo!,
De que algún día, en algún momento,
El frio que entra por mi ventana deje
de susurrar tu nombre,
De que en algún momento las estrellas
dejen de formar tu rosotro,
De que en algún momento la noche
deje de ser la inspiración para escribirte,
¡De que en algún momento llegue alguien,
en el que encuentres todo y cuanto todo,
y que yo no sea ni la mitad!
Si, tengo miedo, y ya no quiero hacerme
el fuerte.
Tengo tanto miedo, de que algún día
olvide recordar que me quieres, o que yo
te quiero.
Y tengo miedo, tanto miedo, porque tan
solo tengo suerte de tenerte.
Tengo suerte de haberte conocido.
Pero la suerte se acaba y estoy tan
acostumbrado al rechazo que tengo miedo
a que tan solo seas un espejismo de la realidad.
Tengo miedo, a olvidarte, a amarte,
a dormir sin ti y a estar contigo.
Tengo tanto miedo, de saber que te amaría
hasta la muerte y creer que mi muerte
sea el sepulcro de tu vida.
Pero te amo tanto, que no importa lo que pase,
siempre estaré contigo, aunque no seas mía
ni yo sea tuyo, porque tu simple existencia
me hace el hombre más feliz de mundo.

Verso Libre

Amor, ¿Qué es eso a lo que todos llaman amor?, a lo que todos llaman sentimiento. No lo comprendo, pero si tuviera nombre y apellido, sé serían "Tus ojos", y si tuviera voz, sé que estaría en tus suspiros. Oh mujer explícame, ¿Qué es eso a lo que todos llaman amor?, pues aunque no lo comprenda, se que si fuera condena, estaría en tus labios, y si fuera verbo, serias tú, sinónimo de la muerte ejecutado con el puñal de tus sonrisas. Mujer, aunque no comprenda que es el amor, y no sepa como conjugar el verbo como debe ser, créeme que sé, que su nombre, su apellido y su significado, esta en ti.

Por tu sonrisa...

Por tu sonrisa el tiempo se pinta
de azul y las aves cantan en pianito
hasta ver el destello en tus ojos.
Por tu sonrisa el tiempo se congela
y la gravedad se acrecienta, todo,
por hacer durar un poco más el
destello en tus labios, par de rubíes
que Afrodita robó del cielo, arrancados
de las estrellas y besados por Clio, para
que en una noche, con sus suspiros,
el viento los colocara suavemente en tu
rostro.
Por tu sonrisa yo vivo, respiro, me asfixio,
por tu sonrisa yo resucito, grito, suspiro,
por tu sonrisa, oh amada mía por tu sonrisa
yo me enamoro..., quítame el cielo, la luna,
las estrellas, el aire, el sol, la tierra, el viento,
pero no tu sonrisa, que sin ella me moriría...

Pétalos y espinas...

Si pudiera recabar cada uno de
los suspiros que construyeron,
infortuno, el insomnio en las
noches y el dolor en el día.

No habría copa, ni caja, ni abismo
que se llenase ni a cántaros con la
pena que hay en mi alma. Amor mío,
no hay...

Y si Dios me permitiera con
misericordia y prudencia, en
pequeños pasos, entregarte
una rosa, pétalo tras pétalo,

espina tras espina, espinándome
las manos, víctimas del tiempo,
maldito tiempo de dolor, dolor
y más espinas.

Si pudiera, si me permitieras,
entregarte no solo una rosa,
pétalos y espinas y tiempo,
si tú, amada mía quieres,

Prometo que no te entregaré
tan solo trozos, juro ante Dios,
las rosas, los pétalos, las espinas,
y el tiempo...

Que te entregaré mi vida...

Te lloro...

Te lloro mujer,
Te lloro porque los gritos
ya han cesado, porque mi
alma esta sorda.

Te lloro mujer,
Te lloro porque hace ya tanto
tiempo que no entiendo como
enamorarme de ti.

Te lloro, porque el alma
cansada y las manos serenas
ya han olvidado como escribir
tu nombre.

Lo dibujé en la arena,
pero el mar se lo llevo,
Lo fundí en oro,
pero el tiempo lo consumió,

Intenté tallarlo en madera,
pero la humedad lo pudrió,
Mas aunque sea cicatriz,
sigue tatuado en mi alma.

Te lloro, te lloro tanto mujer,
mi espíritu merma en el silencio
de tu rechazo que aturde a los
oídos de mi amor.

Pasividad atroz que somete
mis dedos, ¿A dónde se han
ido las odas y cantos a tu nombre?
¿A dónde se han ido las noches

de desvelo que pasamos juntos
hablando de miles de temas?,
¿A dónde te has ido tú amor mío?
Te lloro, te lloro tanto amada mía...

Sin tocarte...

Cuando nuestras miradas chocan miles
de destellos y chispas se revuelven en
mi estomago combinándose con mariposas.  
Cada que observo tus manos un escalofrío
recorre mi cuerpo y la sangre me hierve
a la temperatura de tu aliento.
Cada que el aroma de tu pelo rosa mi nariz,
es como aspirar el aroma fresco de una
mañana, como el beso del aire frío tocando
la mejilla de mi alma.
Cada que caminas, cada que te mueves,
oh amor mio, ¿Qué puedo hacer cada que
caminas y cada que veo tu forma de moverte?
Me quedo congelado, paralizado por un fuego
helado, soñándote despierto y amándote con
la mirada. Sin tocarte.

Quiero...

Quiero dormir, hasta que tu
sueño me despierte.
Quiero respirar, hasta que tu
aliento me asfixie.
Quiero hablar, hasta que tus
labios me dejen mudo.
Quiero escribir, hasta que tu
recuerdo me tranquilice.
Quiero amar, hasta que tu
amor me cause la muerte.

Olvidemos...

Esta mañana tu recuerdo llego fugaz
hasta mi mente intangible, reposando
como vino tinto al calor de su fermentación,
como estrella, alumbrando en los rincones.

Fue tu recuerdo el que me obligo
con harto esmero a escribir estos
sinceros versos; olvidemos todo,
a los amores pasados y sus sonrisas.

Olvidemos la tristeza y lo que su
desamor causó.
Olvidemos las cicatrices y el dolor
que ocasionó su olvido.

Olvidemos por completo el aroma
de su piel, el color de su cabello,
el destello de sus ojos...
Descubramos los nuestros.

Olvidemos, sin piedad, quien o
quienes robaron nuestro corazón,
lo encadenaron, y nos regresaron
las sobras, simples trozos.

Olvidemos..., queda prohibido
llorarles más, frenarnos a nosotros
mismos y aferrarnos al dolor
pasado; recuerda, ahora es diferente.

Queda prohibido dedicarles más
pesadillas, si aún tienes miedo
yo soñaré contigo, toma mi mano,
pues yo nunca me ire.

Y si la tristeza inunda nuestra alma
y vemos nuestras penas en el espejo,
recordemos que estando juntos nada
es imposible.

Ni si quiera olvidar el dolor que
otros causaron, pues queda prohibido
recordarlo más...

Nunca te abandone...

Perdóname, escribo esto con tinta
para no hacerle ninguna corrección,
Padre, Dios, mi señor, he fallado,
Te he dejado a un lado, y estoy solo.

No entiendo como he de ser
tan testarudo y tan tonto,
siembre que estoy bien te olvido,
me olvido, me niego a seguirte.

Tan solo te busco en la tempestad,
¿Cuándo aprenderé a vivir contigo
en las buenas y en las malas?,
Lo siento, pero otra vez he tropezado.

¡Te necesito!, te necesito porque eres
lo único que tengo, lo único que me
mantiene vivo, te necesito porque eres
la única fuerza que puede levantarme.

Si te negará, oh Dios mio si cometiera
la atrocidad de negarte, me estaría
negando a mi mismo, negando todo
lo que has hecho en mi vida, ayúdame.

Estoy tumbado, mis números nuevamente
están en rojo, otra vez, y no se como salir,
otra vez, me he olvidado de ti, perdóname,
¡No sé que hacer!, pero confío en ti.

No me rendiré, me he apartado, pero tomaré
tu mano, me aferrare y no me soltaré, aunque
los vientos de la tempestad me arrastren y las
olas de la angustia me lleven a la quebrada.

No me apartare de tu camino, padre mío,
¿Quién soy yo para merecer tu perdón?,
tu misericordia,  tu arrepentimiento,
Señor, no me dejes, te lo imploro.

No cometeré los mismo errores,
Dejare que tu me sostengas,
Te entregaré mi alma y tú la moldearas,
Soy al barro como tú al artista.

Aunque duela, cincelea,
Aunque sufra, moldea,
Aunque arda, esculpe,
Aunque no quiera, instrúyeme.

Padre mio no quiero escribir nada más,
mas que a tu nombre glorioso,
Bendito nombre que renueva mi aliento,
Que me da fuerzas cada día,

No me apartaré, nunca más,
permaneceré en tu palabra,
hoy señor, cúbreme en tu
amor, abrazare padre.

-Te extrañe tanto papito;
-Nunca te abandone hijo...

Si tan solo...

Si tan solo fuera tu nombre amor mío,
Si tan solo fuera tu apellido
o tu piel cicatrizada al desamor,
Castigo lunar que merma en aullido.

Si tan solo fueran, mustios, tus ojos
aquellos los que me impugnen muerte, vida,
vida y muerte en unísonos, amor y vida
en la resurrección de mis enojos,

Calma y paz benditas, estupidamente
benditas y celestiales, perfectos
atributos a mi dolor exasperante.

Si tan solo fueras tú, el efecto y la causa
de mi cariño, pero no amor mío,
sé libre, pues hoy tu rechazo es perfecto.

Promételo...

Quiero pedirte un promesa, 

si algún día, un día frío, 

en en algún momento, 

un momento melancólico, 

Por alguna casualidad dejo

de soñarte, despiértame,     

pero no permitas que mi 

alma sucumba a la pesadilla. 

Si por alguna casualidad 

dejo de escribirte, golpéame, 

pero no permitas que mis 

ilusiones vuelen y se esfumen. 

Si por alguna casualidad 

dejo de pensarte, asústame, 

pero no permitas que mi 

depresión se agravie.  

Si por alguna casualidad 

dejo de recordarte, grítame, 

pero no permitas que me 

desvanezca en el olvido. 

Y si por alguna casualidad, 

En algún día frío, en algún 

momento melancólico,  

dejo de amarte,  

Despiértame, golpéame, 

asústame, grítame, 

pero no permitas que mi alma

sucumba ante el exilio de tu amor.   

Promételo, por favor. 

Dueña de mi alma.

Es tu piel, aquel pétalo tierno
que brilla al rocio de su blancura.
Son tus manos, tan delicadas;
hechas, dibujadas, moldeadas a las
caricias y suspiros de Dios.
Son tus ojos, faros, estrellas que
alumbran y trazan el camino de mis
elogios, elogios a aquellas perlas miel.
Son tus labios, pétalos de rosa
cubiertos por rubíes, dueños de mis
deseos y condena de mis anhelos.
Eres tú, espíritu que da recelo a las
demás musas, inspiración que llega
como el viento y se va al viento de
mis suspiros, mujer, niña, amiga,
deseo, sueño, vida.
Dueña de mi alma...  

Madrigal

Es tu cabello, aquel río dorado
que merma y fluye de tu gracia,
es aquel, que me da vida y me
impugna muere.
Es tu cabello, tan agresivo, dócil,
rebelde, intangible, aquel que en
conjunto con los rubíes y perlas miel
en tu rostro, me dicta sentencia y hace
prevalecer mi dulce condena.
Amarte...

Desearía...

Deseo, desearía,
Ser yo el dueño de tu llanto,
Ser yo aquel que te cause
insomnio.

Deseo, desearía,
Que mi desamor fuera la
causa de tu melancolia
en las noche frias.

Deseo, desearía,
Dejar de ser el dueño
de tus consuelos,
Tu hombro para llorar.

Y ser yo, y nadie
más que yo el cofre
de madera dónde
guardes tus suspiros.

Ser la copa cristalina
dónde acumules tus
lagrimas y las bebas
en busca de consuelo.

Ser tu vida, tu muerte,
Tu alma, tu espina,
Tu sol, tu luna,
Tu desprecio, tu picardia,

Tan solo deseo,
desearía, ser yo el
dueño de tu amor
amada mia.

Rechazo...

Los minutos son sobras, las horas humo casto
y los segundos gotas dulces de agua negra.
Enojado, el reloj corre al galope de caballos
luciferinos devorando la paz en mi interior.

Sin piedad, el miedo taciturno ruega a mis
manos pensarte en silencio esta noche.
Descarada, la paciencia juguetona cruza tumultuosa
hasta los atrios dónde descansa mi fugaz amor.

Dónde descansan los sentimientos que se
plasman altivos como cicatrices de dolor.
Dolor de aquel suspiro de amor que recorre
como veneno mi cuerpo causando infamia.

¿Qué más puede pedir un hombre ademas de su
vida, su muerte, y un amor que le cause ambas?
¿Qué puede hacer un caballero cuando ve
escapar su vida, su pasión, con esmero acérrimo?

¿A dónde ha de huir el corazón cansado de
tantos rechazos y sombras fugitivas?

¡Cuantos cuestionamientos!
¡Cuanta incertidumbre!
¡Cuanta melancolia!
¡Cuanto sufrimiento!,

¡Cuanto rechazo el tuyo amor mío...!
 

Lloro... (soneto)

Penoso el sol que te alumbra amor mío,
Tardada la calma en tus atriles,
Bastardo el viento en tus faldas marfiles,
Taciturno el velo en tu rostro frío.

Si el océano en tus lasgrimas no cesa,
No llores sola, tardado el lloro,
Paciente yo seré tu calma, imploro,
Pondremos las cartas sobre la mesa

pero no cantes sin mi vida mia,
No permitas que la luna te aparte,
¿O acaso seré yo tu angustia fría?

Si es así, yo me marcho, me largo,
Porque por mas que te ame, letargo,
No quiero ser yo, mía, tu fin amargo.

Amor mío... (soneto)

Eres tú, el vástago y la alama,
Eres tú, el océano y el arrecife,
Somos los dos, el recuerdo en arrife,
Soy yo, el loco cuerdo que te ama.

Hoy eres el canto sordo y mudo,
La paciencia y la calma cansadas,
Aquel sol y sus lunas tan amadas,
El viejo y la sabiduría en nudo.

Si la vida se marcha y olvida,
Dejadle que se marche y olvide;
No aferres la felicidad corroída.

Soñemos juntos, decid ¡adiós mundo!,
Olvidemos sin piedad todo y a todos;
Sosténme amor mio, sin ti me hundo.

Inspiración...

No puedo más,
más que escribir tu nombre,
más que admirarte
efímera y artistica.

Navegando en un mar de
musas te he elegido a ti,
mi garganta se hace hilo
y estoy tendido.

Estoy atrapado en una
caja de cristal rota
alimentándome de tu
reflejo disipado.

Tu mirada es el arco
y tus labios la flecha,
la cerbatana y el dardo,
y yo, el sol en la sombra.

Soy aquel canto que
se deshace como nieve
cuando llega el verano,
soy tu invierno.

Contigo yo soy luna,
y tú eres el sol que me
alumbra en las noches
y me corre en el día.

Contigo yo soy mar,
y tú eres las olas que me
arrastran hasta la quebrada
y me impugnan muerte.

Eres aquel escalofrío que
impulsa a mis dedos,
y eres aquel soplo que
aviva mi alma.

Tu nombre es el poema
más corto por el cual
mi sangre hierve y me
despoja de mi naturaleza.

Por ti deje de ser frio,
por ti mi alma murió viva,
por ti encontre el sol en el mar,
por ti escribo hasta callar.

Eres mi inspiración...

Viejo amigo...

Desearía poder odiarte,
Poder arrancarte sin dolor,
Olvidar tu sonrisa,
Salir de la cautividad.

Estas cadenas frias,
Tan frias como tu mirada,
Me asfixian, muero,
Muero en tu rechazo.

Los que fueron sueños,
Ahora son pesadillas,
Las que fueron odas,
Ahora son elegías.

¿Cuanto más?, ¡Cuanto más!,
Ya no puedo con este lloro,
Estoy tentado a escribir
de nuevo tu nombre.

Pero significaría encarnarte,
Significaría hacerte inmortal
otra vez, y lo siento, no puedo,
Necesito olvidarte.

Decidí borrarte, esfumarte,
Arrebatar tu nombre de mi
pecho, y así, poco a poco
te desvaneciste de mi mente.

Sin dejar rastro ni huella,
Cerrando las heridas y
disipando las cicatrices,
Te volviste humo.

Y entonces me di cuenta que
el cielo era zul sin necesidad
de tus sonrisas, y que las aves
cantaban sin necesitar tu voz.

Me di cuenta que en otoño las
hojas caen naranjas, y que las
mariposas y la vida misma,
vuelan sin necesitar de tu mirada.

Las lagrimas cesaron,
Las risas llegaron,
Me olvide de ti,
Y por fin me encontré.

Solitario, esperándome,
En una banca oxidada,
Cruzado de brazos,
Llorando de alegría...

-Te extrañe viejo amigo...

No pude...

Quería escribirte
la oda más hermosa,
la canción más linda,
la historia más larga.

Pero no pude,
no porque no quisiera,
o porque no lo intentará,
tan solo no pude.

Incluso intente tomar
una estrella y usarla
como lampara.
Pero no pude.

Incluso intente robarme
el mar y usarlo
como tinta.
Pero no pude.

Incluso intente componerte
una sonata usando
el canto de las aves.
Pero no pude.

Y cuando convencí al sol
de amar a la luna por un
instante y ser yo tu luz.
No me miraste.

Lloré tantas noches
juntando mis lagrimas
en una copa de cristal
y me las bebí todas.

Corri en las noches cual
sombra asustada intentando
recordar tu mirada para
seguir sintiendo tu calor.

Grité tanto que
el silencio se tapo
los oídos y se hizo
candado en mi garganta.

Y aunque intente amarte
sin importar que tu corazón
no correspondiera mi amor.
Lo siento. No pude.

Toda tu existencia...

Háblame así, quedito,
no podemos despertar al silencio,
está durmiendo, y no, no debe vernos
la sombra, esta enojada,

Enojada porque la vez pasada
no la invitamos a jugar,
y si, si podemos hablar con los ojos,
nuestras miradas serán el único lenguaje.

Y entonces, ¿Qué harán los labios?,
Ellos serán el nexo, la unión, el idioma,
la conjugación perfecta entre
alma y cuerpo, entre amor y deseo.

Y la piel, ¿Qué hará la piel?,
La piel es el verbo "hacer",
y el adjetivo "perfecta", es la caricia
que causa escalofríos en el alma intangible.

Y las manos, ¿Qué harán las manos?
Las manos son el poeta, el músico y
el pintor que crea su obra prima, y que
escribe, y toca, y pinta sobre el cuerpo.

¿Y la nariz, y la lengua, y los oídos, y los dedos?,
¿Qué harán ellos...?
Aquellos son los sentidos y las magnitudes del amor,
el tacto, la pasión, todo aquello que me hace amar

cada uno de tus lunares, cada una de tus fases,
la luz que emanas, tu cuerpo radiante, tu vos insondable,
tu feminidad artistica, tus labios de luna, tu cabello rebelde,
tus ojos de miel, tu piel de durazno, tus manos de artista...

Toda tu existencia...

Oda a la lluvia...

¿Quién es si no tú?,
La furia en las entrañas
del silencio,
Rosando negra,
blanca, azul,
cada una de las emociones
en la noche.
¿Quien es si no tú?,
La paciencia de Dios
anunciando su vaivén,
El alma del cielo
que dirige su orquesta.

Como perros rabiosos
gritas, ladras, hablas,
corres, te callas, te decides,
y sueltas aquel fruto
cosechado en el
vientre de tu furia.

Majestuosa, inherente,
intangible, la mano fria,
la mano cansada,
la madre de la vida
húmeda, la trinidad
si ser diosa,
la furia de cinco reyes,
el canto de de siete
mujeres, el rugir
de un león reclamano
ser el alpha,
¿Quién si no tú?

Besas las ciudades y
te marchas, desapareces,
las olvidas, las recuerdas,
y las besas de nuevo,
¡Decidete!,
¿Quién si no tú?

Desnuda, con tu vestido
blanco, de humo seductor,
seduciendome a no
marcharme nunca,
como fuego mojado,
acariciando mis manos,
obligándome a escribirte.

Por favor, no te marches,
quédate y danos tus besos
de vida,
Amanos y danos tu sangre,
tu sangre transparente que
nos hace latir, siendo tus
venas, tu corazón,
tu cuerpo sin rostro del cual
alimentarte en vísperas de
tu muerte.

No hay cadena que te
someta, tú eres la cadena
y el sometedor, por favor
no seas el verdugo
que nos mate, te ruego
que nos toques con
tu mano, que nos abraces
con tu frio,
y que hagas crecer en esta
tu tierra, tu cuerpo,
tu amante.
El fruto y alimento para
saciarnos un dia
más.
No seas egoista.
Porque, ¿Quién más, si no tú?

¿Quién dijo?...

¿Por qué no fui aire?, para ser libre,
¿Por qué no fui luna?, para ser luz,
Surcaría las corrientes de la vida, nunca tocaría suelo.
Haría caricias a los valles, alumbraría en las noches.

¿Quién dijo que se duerme de noche?
Por eso odio al sol, que se pudra el sol.
¿Quién dijo que se come a las cuatro?
Por eso odio el cuatro, que se pudra el cuatro.

¿Quién dijo que para amar hay edad?,
¿Quién dijo que la muerte se llora?,
¿Quién dijo que Dios es blanco?,
¿Quién dijo?...

¿Por qué no amar y ser fieles?,
¿Por qué no ser hermanos sin importar el idioma?
¿Por qué el amor es para los ricos?,    
¿Por qué hay personas bellas y feas?

¿Quién dijo que hay cuatro estaciones?,
¿Quién dijo que se trabaja de día?
¿Quién dijo que para escribir hay que ser grande?,
¿Quién dijo que rendirse es opción?...

Si lo deseas ¡grita!, si lo anhelas, ¡lucha!,
Que se pudra el sistema,
¿Quién dijo que esto es orden?,  
Corre, camina, gatea, arrastrate,

O si puedes, ¡vuela!,
¡Levantate!
Pero hazlo tú,
Que nadie más lo hará por ti...

Porque así es Dios...

Es tranquilo y apasionado, otras veces taciturno y en otras tantas no lo veo, pero esta ahí, escabulléndose entre mis letras, esperando, sin preocupaciones, atento a dibujar un arco iris para mi cuando siento que la lluvia nunca secará, porque así es él, porque así es mi Dios.

Traza sin dedos, tan solo con su presencia, y aveces tan solo con pensarlo, poco a poco cada una de las nubes que llevan sus respiros, sin pedirlo, las aves cantan a su nombre, lo valles danzan folklóricos, y las abejas realizan todo un espectáculo con sus un poco lentas pero melodiosas alas, solo para él, porque así es Dios, porqué así es mi Dios.

Es juguetón y con buen sentido del humor, le hace cosquillas a las estrellas y en ocasiones estallan de risa, acaricia al cielo y este en su honra le hace toda una orquesta llena de fuegos artificiales, los incrédulos dicen que es porque Dios esta enojado, pero lo que no saben es que en realidad el cielo tienen tanta alegría que no puede contenerla, no me imagino el éxtasis que libera al dar tan semejante espectáculo, porque así es Dios, porque así es mi Dios.

Lo dibujan preocupado y él siempre ríe, sus sueños se plasman en las mansas aguas del océano y colorean tímidamente cada una de las flores, parece que siempre piensa en mi pues sus abrazos son interminables, siempre de diferentes formas, en ocasiones como pequeñas caricias de viento, otras veces como pequeños rayos de sol que me dan los buenos días, y otras tantas como gotas de inspiración que deposita en mi corazón cada que pienso en él, porque así es Dios, porque así es mi Dios.

Me encanta escuchar como canta y ver como usa el clima de melodía, tiene por notas a las estaciones y su ritmo amoroso llena mi corazón con interminables atenciones, es como si no existiera nadie más que él y yo, nada más que él y su existencia, nada más que el silencio y el sublime acto de saber que él es todo, porque así es Dios, porqué así es mi Dios.Me delito escribiéndole y es porque me encanta Dios, me encanta saber que es un niño juguetón y a la vez un padre amoroso, me hechiza el contemplar la infinidad de sus creaciones y contarlas con la ilusión de algún día acabar, pero es imposible, el convierte lo absurdo en osadía, y la osadía en sentido, se plasma como infinito y al infinito se multiplica, podría pasar millares de años hablándole y no me cansaría, podría tocar miles melodías y mis dedos seguirían como bailarines sobre las teclas solo para sacarle una sonrisa, si por mi fuera me despojaría de mi existencia solo para demostrar que él es mi razón de poseer vida, pero no es necesario, él no me ama por mis acciones ni por el resultado de estas, él me ama porque soy su hijo y yo lo amo porque así es Dios, porque así es mi Dios, siempre amoroso...

Y como dijo Sabines..."A mí me gusta, a mí me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios."

Solo para ti...

El sueño se esfuma,
blanco, como armiño,
en el estas tú,
sonriendo, sonriendo para mi.

Juegas, bailas,
¿Quién es si no tú la
personificación de la belleza?,
Tan perfecta y humana.

Un escalofrío toca mi frente,
tú sigues ahí, efímera,
casi intangible ante la
pesadilla que se avecina.

Siempre he acuñado que
toda mujer es hermosa,
hasta que te conocí y
descubrí que escribir tu nombre

al lado de "hermosa",
era un epiteto...
¿Entonces qué me queda?
¿Cómo podré amarte?,

Tú, mujer que hace
hervir el pecho de los hombres,
Tú, pasión de media noche
que me causa insomnio.

A tí, dama de luz
que causa espamos a
estos dedos adictos a
escribir tu nombre.

Mi única armadura,
son los versos,
Mi única arma,
son estas palabras.

Esculpidas, talladas,
pulidas, arrancadas,
dibujadas, coloreadas,
dedicadas, escritas...,

Solo para ti...

Nada...

No tengo inspiración, las letras han desaparecido, escribo palabras sin llevar un orden, el orden es que no hay nada en las letras, nada más que tinta manchando el papel, dejando escapar nada, perdiendo el sentido del todo siendo consumido por lo que no existe.

Ni estrofas ni metrica, ni prosa ni párrafos, he olvidado como funcionan mis dedos, porque hoy "El señor nada" permanece altivo y sereno como una corona en la punta de mi cabeza, porque hoy los problemas parecen no tener importancia ante la vida misma.

Si muero, ¿Para quién muero?, si vivo, ¿Por quién vivo?, y si muero en este momento, ¿Qué podré entregar al cielo?, todo lo que trabajé, todo lo que he invertido, ¿Qué me me llevaré si ni mi cuerpo me pertenece?, y cuando los gusanos consuman mi carne, ¿Quién visitará mi tumba si no es más que para burlarse?, porque al final de todo, nada queda.

La Nada consumió al Todo, y el Todo se de dejo seducir por la Nada, se volvió su musa, se volvió la razón por la cual esta seguía atormentando a los hombres.

Idiota, estúpido, bastardo el que le ponga nombre a este escrito, ¿Si es un poema?, ¿Si es una ensayo?, ¿O acaso será una elegía?, es lo que su mismo nombre dice..., y aunque exista, y aunque el pulso cansado siga escribiendo penas a nadie, no hay más, no tengo nada más para entregar a este pobre árbol muerto, porque todo lo que es, será, y existe es simplemente, nada...

Miradas...

Tres roces,
Ningún contacto,
Te encuentro,
Tú te escondes,

Una sonrisa,
Un golpe en el hombro,
Entras en mi alma,
Me reflejo en tu iris,

Atacas,
Me vences,
Contra ataco,
Desisto,

Perlas teñidas por miel,
Piel de durazno tierno,
Vestida de rosa,
Rosa es el velo de tu alma,

Con sensualidad de dama,
En cuerpo de niña,
Intangible, artistica,
Comiéndome con los ojos.

De los labios emana,
El beso que anhela,
El beso que ruega,
Pero que no llega,

Con los ojos saltando,
El corazón corriendo,
Los nervios cantando,
Y el pecho gritando,

Me acerco,
Tu asustada yo inseguro,
El tiempo se consume,
Alguien llama, tú te marchas,

Y yo me quedo...

Haikú, Eduardo Arrequin

Canta, no temas,
El sol va a salir
ave sin padres.

Soy diferente...

Soy diferente...
No tomo fotos, ni dejo que lo hagan,
Soy diferente...
He olvidado mi nombre y borre mi apellido.

Soy diferente...
Deje de ilusionar a mi alma,
Soy diferente...
Aún no he aprendido a sufrir.

La vida por si misma nace,
El dolor por si mismo supura,
El adiós se hace absuelto,
Y los sueños se hacen humo.

Si bien soy yo,Lo aclaro y lo cuestiono,
Es el trastorno de mi alma,
Soñar despierto.
Simplemente, soy diferente... 

Hasta el fin del mundo...

Ninfa que canta muda

a mis oídos sordos,  

Cascada al crespón

de su manto dorado. 

Nube que llora al ritmo

del huracán orquestado,

Ilusión al sueño virgen 

que nace del crepúsculo. 

Has invadido mi mente, 

La hiciste tuya y te marchaste, 

Tomaste mi voz y

me dejaste mudo.  

Tomaste mis dedos y

los condenaste a escribirte, 

Tomaste mi música y la

vestiste a tu alma desnuda.  

No puedo pensarte 

cómo caballero,

No puedo soñarte

cómo enamorado. 

Te he escrito inmortal 

hasta que lloré sangre, 

Te he soñado mia hasta

que te perdí en pesadillas. 

Soy esclavo de tu 

forma de caminar, 

Soy adicto al aroma del 

cabello travieso que besa tu cuello.  

Un segundo en tus ojos es la 

eternidad misma jugando a ser relativa, 

Aquellas manos que adornan tu

cuerpo exponen tu feminidad. 

Tus pies inquietos y traviesos 

apuntan en todas direcciones, 

Tu piel cubierta de armiño  

me recuerda que soy mortal. 

Sensualidad de mujer

vestida en cuerpo de niña, 

Coraje taciturno sin

tregua al necio. 

Te escondes invisible ante mi, 

Yo soy el enamorado y tú mi musa, 

Yo soy el escritor y tú el libro en blanco, 

A quien cuidaré y amaré, hasta el fin del mundo. 

El cambio...

Cuando una oruga se transforma,
rompe el capullo y se adueña del cielo.

Cuando una avecilla salta al vacío,
olvida el nido y surca su vida.

Cuando el sol se esconde y sale la luna,
el velo de luz se corta y las estrellas nacen.

Cuando un diluvio amordaza a la tierra,
destruye, más culmina con un arcoíris.
 
Cuando la vida cambia sin previo aviso,
duele, y el desasosiego consume el alma.

Más el necio se conformara en su miseria,
en cambio el sabio brillará a la luz de la victoria.  

Esperando(te)...

Me encanta contar tus lunares,
Sentirte cerca, pero tan lejos,
Coronar tu sensualidad,
Embriagarme con tu aroma.

Tus ojos, palpitan en mi pecho,
Vibra tu piel, como estrellas,
Te siento, viajas en mi mente,
Congelas mi sangre, eres fria.

Aceleras el tiempo, lo detienes,
No existo, dudo el poder dudar,
Te pienso, robaste mi existencia,
Soy un trotamundos soñándote.  

Retoño ajado compuesto en partituras,
Caricias de nieve escritas en verso,
Lunas perladas cantadas con lira.
Rios traviesos entintados en sombras,
 
Te sueño, aún estando despierto,
Te siento, aún estando tan lejos,
Soy un romantico amando sin tregua,
Anonimo y oculto, esperándote ciego.

Te esperaré hasta que el sol no brille,
Te escribiré anonimo hasta tenerte,
Y te daré mis epístolas estando juntos,
Dónde te amaba, antes de conocerte.  

El poeta...

Cuando la muerte duerme,
El poeta despierta,
Cantando a las aves,
Haciendo inmortal a su musa.

Cuando la tristeza duerme,
El poeta escribe,
Sangra tinta, y la hace letras,
Escribe ajado al crepúsculo.

Cuando el día termina,
El poeta no dormita,
Se enamora y vive,
Encarna y escudriña.

Cuando el día nace,
Es poeta medita,
Viaja a mundos de otros dedos,
Y sueña despierto.

Cuando la inspiración llega,
El poeta baila con los dedos,
Detiene el tiempo,
Y se olvida del mundo.

¿Me dejarías amarte?...

Huesos fragiles, como princesa, 

Manos de muñeca, y pies de bailarina, 

Su perfume se impregna en mis sentidos, 

Su piel blanca, de porcelana, me embriaga,  

No puedo dejar de mirarla,

Jugando con su cabello,

Agresiva y pasiva,

Comiéndose las uñas,

Sus pies son ansiosos,

Juegan entre ellos,

Su mirada acentuada,

Me asfixia, me congela la sangre,

Juega con sus dedos, 

Lleva el ritmo de la opera, 

Tan pasiva, sugestiva, 

Sublime y artistica, 

Cabello planchado, 

Labios coloreados, 

Cejas dibujadas, 

Miedo mustio, 

Seria, pasiva, 

Como retoño ajado, 

Buscando el sol,  

Sin miedo a la noche, 

Se marcha, 

Me deja congelado, 

Con los sentidos hechos plastico, 

Con una mano en el pecho, 

Y en la otra con un poema que termina en cuestionamiento, 

¿Me dejarías amarte?... 

Mientras recuerdo...

Correr, olvidar,
Regresar lo que era,
Ir al pasado de mi presente,
Vivir lo que habría sido,

Lagrimas brotan de mi alma,
De mi memoria y recuerdos,
Extraño lo que puso ser mi presente,
Gritan, sueñan, mueren,

Pesadillas causan desasosiego,
Añoro el insomnio, y no salir,
Quedarme así eternamente,
Nunca crecer, regresar todo,

Amigos, compañeros, vida,
¡Quiero que regresen!,
Odio todo esto,
Dios dame la muerte,
o regrésame mi vida,

Rendirme no es opcional,
Moriré en la raya,
Hasta darlo todo,
Dios, dame tu fuerza, que yo no puedo...

Aún...

Subjetiva, artistica,
Casi sublime,
De manos sabias,
Y ojos clarividentes,

Luces emanan de su esencia,
Cubierta por velo de oro,
Labios mustios,
Piel de porcelana,

Sonrisa sin consonantes,
Cabello como rio zigzagueante,
Tobillos elegantes,
Cejas dibujadas,

La observo en las estrellas,
Escondido, a la vista,
Oculto frente a ella,
Con su nombre en mi frente,

Perseverancia sin consuelo,
No tengo opción,
Apesar del olvido,
Sigue siendo mi musa.

Cartas del cielo...

El cielo nocturno parecia una perla tallada por las manos de Dios, yo estaba tumbado en mi cama, pensando en todos mis problemas, creyendo que si no hacia nada simplemente pasarían, no sé cómo, pero de la plenitud y el confort pase a estar envuelto en docenas de problemas anidados en mi mente, que sin tener descanso engullían mi alma, en ocasiones la intranquilidad de las circunstancias parecen una enfermedad que corre por tus venas congelando tu sangre, controlando tu sistema nervioso y trastornandolo al punto en que tu mente no puede estar en paz; percibía el aire más espeso y sentía que no tenía pulmones, poco a poco el plomo en mi garganta me asfixiaba y me llevaba a un punto sin retorno dentro de mi subconsciente, intente tranquilizarme y cerré mis ojos, respire hondo y sin darme cuenta me quede plenamente dormido. 

  

Desperte con los ojos hinchados, no había dormido ni dos horas pero sentí haber despertado de una muerte eterna, frote mis manos contra mi rostro y sin anestesia previa, lagrimas de sufrimiento brotaron de mis ojos, era demasiado, me sentía totalmente inútil e impotente, un poco desconcertado e incluso un tanto patético, ¿Cómo era posible aquel frenesí de circunstancias?, aquellos problemas que sucumbían a mi alma eran tan abruptos y al mismo tiempo tan ridículos que no comprendía como sentirme, llore en silencio hasta que el desasosiego consumió a mi espíritu, y mi espíritu al sufrimiento. 

Podría jurar que mis venas estaban fuera de mi cuerpo, sentí hervir mi sangre, mis ojos parecían saltar de mi rostro y mis dedos estaban tan tiesos y fríos cómo los de un muerto, tenía a mis sentidos hechos plástico, a mi mente enclaustrada y todo lo que me rodeaba daba vueltas sobre un mismo eje, yo.  En el momento en que el mundo decidió despejarse y darme unos segundos para pensar, vi arrumbada, en aquella esquina por la que paso todos los días, pero que creo tan insignificante como para otorgarle una pequeña mirada, estaba un libro, "Las Sagradas escrituras", me desconcertó ver aquel libro pudriendose lentamente entre la humedad y el polvo que consumían sus paginas, lo tome y comencé a hojear, lo que leí me dejo desconcertado.   

Las lagrimas brotaban de mis ojos, mientras más leía, más libre era, no podía creer todas las promesas de aquel libro, aún no sabía como había llegado a mis manos, pero estaba seguro de que no era una casualidad. No sabia que proseguía, pero mi instinto me llevo a postrarme y suplicar misericordia, sentía que mis cargas se desvanecían y que la alegría comenzaba a invadir mi cuerpo, cuando termine corrí a la cocina, saque la caja de zapatos escondida en la alacena y lo que encontré me dejo asombrado, la 99 milímetros con la que planeaba terminar con mi vida había desaparecido y en cambio había una pequeña nota, "Corre, y cuenta lo que has vivido". 

Busque de nuevo aquel libro que había transformado mi vida, pero ya no estaba, y en su lugar había una copa llena de vino, un trozo de pan, y un libro aún más grande empastado en cuero rojo, estaba escrito en un idioma que nunca había escuchado,  pero mientras intentaba entender lo que decía, una voz profunda e imponente pero a la vez amorosa y comprensiva, susurraba a mi conciencia lo que significaba cada frase, esa misma voz me podio que anotara una lista de acontecimientos, tomé una pluma y comencé a escribir en un papel, pero este prendió en llamas, así que tomé un poco del vino que estaba en la copa y lo utilice como tinta, era tan espeso que parecía sangre, lo que me fue revelado esa noche no tiene sentido. 

No se como fui tan tonto como para no darme cuenta antes, era Dios regalándome una nueva oportunidad, termino de dictarme y cuando escribí la ultima letra sentí un abrazo, un éxtasis incomprensible, y desmayé. Cuando desperté estaba en mi cama, cubierto con sabanas blancas, bajo mi almohada había una pluma blanca y una pequeña nota, "Hijo mío, no estas solo", inmediatamente di gracias a Dios y fui a darme una ducha, ya adentro de la regadera sentí una presencia luciferina, el agua que chocaba contra mi cuerpo se tornaba negra, y la risa mas escalofriante y nauseabunda que había escuchando en mi vida retumbo en mi interior, -"No lo lograras", -"Estas maldito", -"¡Vendrás conmigo al infierno!", aquella voz tan miserable hacia añicos mi alma, grité y comencé a rogar a Dios que me ayudará, sentí que algo penetraba mi cuerpo y percibí un sueño tan real como la muerte, pero tan abismal como una pesadilla, y caí al suelo.     

Hoy escribo estas lineas desde el cielo, pequeñas historias y cuentos que mi padre me relata, Dios, aquel niño juguetón que hace cosquillas a las nubes, y aquel sabio poético que escribe versos en las montañas, él me dio una segunda oportunidad, hoy estoy a su lado, escribiendo cartas con él, y anotando cada consejo que me da, siempre bajo su tutela, no se que vio en mi, pero si es capaz de ver bondad en un alma tan grotesca como lo era la mía, imagina lo que es capaz de hacer con un corazón dispuesto. 

-"Hijito, ya es hora de descansar, mañana escribiremos más cartas..." dijo Dios dándole un beso en la mejilla, lo cubrió con sus brazos, y le cantó hasta que se durmió con él. 

Pesadillas...

Camino borroso, 

Ramas rotas, 

Luna triste, 

Sol entre las sombras, 

Nubes sin lagrimas, 

Alma de trotamundos, 

Planta sin vástago, 

Piel sin tacto, 

Ojos mustios, 

El tiempo espera, 

El miedo grita,

Un ángel llora, 

Guitarra sin cuerdas, 

Piano sin teclas, 

Sueños truncos, 

Los dedos bailan, 

El alma susurra, 

Y la desesperanza sueña. 

Contigo...

Eres tú a quién espero,

A quién sueño desde siempre,

A quién veo con los ojos cerrados,

No te encuentro,

Todo es oscuro,

Tú estas borrosa,

Entre mis noches de insomnio,

Como una flor marchita,

Eres tú, la niña tímida

A quién sueño,

A quién no encuentro,

Aquella a quién amo,

Piel de porcelana,

Ojos de viento,

Labios sensuales,

No te encuentro,

Todo es oscuro,

Tú estas borrosa,

A ti te escribo,

A ti te canto,

Eres tú, capullo de rosa,

No te encuentro,

Todo es oscuro,

Tú estas borrosa,

Si me escuchas, grita,

Si me entiendes, contesta,

Si me ves, toma mi mano ,

Estoy contigo,

Estoy aquí,

Siempre lo estuve, nunca me fui,

La tormenta cesó,

Ya nada me impide tenerte,

Toma mi mano y corre conmigo,

Que yo no me pienso apartar de ti.