lunes, 12 de octubre de 2015

Mi tierra...

En ocasiones paso por el mismo
lugar de siempre,
y deteniéndome a contemplarlo,
me pregunto.
¿Cómo es que puede ser más
hermoso que ayer?
¿Cómo es que el mismo árbol
en el que me siento siempre,
puede darme sombra cada vez más
fresca?
¿Cómo es que la tierra bajo mis pies,
sigue nutriendo a este lugar de vida, de voz,
de existencia?
Justo ahora miro al mundo,
y él me mira a mi,
contemplo el lugar donde me he criado,
y trato de entender como después de
tantas lágrimas que se han derramado,
de tantas sonrisas que se han regalado,
de tantas vidas que han sufrido,
llorado, sonreído; vivido.
Aquí,
en esta tierra,
en este árbol,
sobre esta rama en la que me encuentro
sentado,
la belleza sigue sin esfumarse de
estos caminos,
y tan solo consta de mirar detenidamente,
a su gente,
a sus papalotes elevándose infinitos,
a sus pastos vistiendo verdes sus parajes,
a su cielo, cubriéndola como novia en su
velo azul, a veces blanco y otras tantas negro...
Para darse cuenta,
de que esta tierra,
aunque envejezca,
jamás ha de perder su magia.
Bendita tierra.
Mi tierra...

No hay comentarios:

Publicar un comentario